domingo, 29 de noviembre de 2009

Mensaje en una botella (versión 28)


La policía encontró el cuerpo tumbado en la bodega. No había marcas de violencia a primera vista. A escasos centímetros estaba un hueco donde, horas antes, descansaba una botella legendaria.

El cuerpo olía a vino escandalosamente; tanto, que los policías que investigaban el caso comenzaron a desvariar y a reírse el uno de lo que decía el otro y viceversa, a pesar de hablar en serio sobre el cuerpo yaciente. Al investigar el caso, comprobaron que en varias baldas las botellas de vino estaban colocadas como llenas pero sólo estaban llenas de aire. Uno de los policías comentó:
- Veamos, el difunto se ha bebido tooooodas estas botellas que ahora están vacías. Es como si se hubiera suicidado, se ha ahogado bebiendo vino. El muy espabilado ha cogido las mejorcitas. Tonto no era, no.
- Lo curioso del caso, es que todas son de la misma añada menos una. La que tiene asida en la mano derecha como si fuera un tesoro, ésa es aún más antigua. Tiene más de veinte años, comentó el otro policía.
El primer policía encendió su linterna especial para buscar alguna marca por los alrededores del difunto. Estudió las paredes, las baldas, el techo...Después enfocó el suelo alrededor del cuerpo. Justo entre el brazo y la cadera, se dejaba ver un minúsculo trozo de papel. El policía llamó a su colega:
- ¡Inspector venga, creo que he encontrado algo!
- El Inspector dirigió la vista al lugar iluminado por la linterna. Se agachó observando el trozo de papel que asomaba. Moviendo el cuerpo lo menos posible, tiró con sumo cuidado del papel hasta que apareció una cuartilla donde se podía apreciar unas letras algo borrosas por el paso del tiempo. Se puso de pié y buscó sus gafas por la chaqueta. Se las colocó mientras el otro compañero leía el escrito por encima del hombro leyéndolo al mismo tiempo y en voz alta: “Si lees este manuscrito, es que estás muerto”. Los dos policías se miraron a los ojos con cara de asombro y cayeron muertos de la impresión junto al cuerpo que encontraron tumbado en la bodega.

Al cabo de dos horas como no regresaban a Comisaría los dos policías ni atendían las llamadas, se presentaron en la bodega otros dos policías inspeccionando el lugar donde habían encontrado tres cuerpos tumbados. No había marcas de violencia a primera vista. A escasos centímetros estaba un hueco donde, horas antes, descansaba una botella legendaria.

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